viernes, 21 de noviembre de 2014

Las enfermedades del corazón y del sistema circulatorio suponen la primera causa de muerte en Puerto Rico. Sobre ellas influyen numerosos aspectos, algunos de los cuales no son modificables (la carga genética o la edad), mientras que otros, como la alimentación, el sedentarismo o el tabaquismo, sí lo son. El presente texto se centra en el papel de la alimentación, debido a que llevar una dieta sana supone un importante factor en el momento de prevenir las patologías cardiovasculares. Seguir una dieta saludable por ser la piedra angular en la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Vale la pena saber en qué se sustenta esta piedra angular si se quiere mejorar la salud del corazón. A continuación, se destacan diez consejos prácticos.

1.      Toma frutas y hortalizas... a diario

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó en 2011 que la baja ingesta de frutas y hortalizas es responsable de 1,7 millones de muertes al año. Las enfermedades cardiovasculares representan una gran parte de ellas. Esto puede deberse a que estos alimentos contienen sustancias protectoras, pero también a que su ingesta desplaza al consumo de alimentos superfluos (que, en exceso, aumentan el riesgo cardiovascular).
Casi todas las organizaciones sanitarias recomiendan consumir un mínimo de cinco raciones de frutas y hortalizas al día en adultosNuevos datos confirman que a más consumo de frutas y hortalizas, mejor para la salud.
No es conveniente tomar zumos de frutas para compensar la falta de fruta en nuestra dieta. El Comité Científico"5 al día" aconseja no superar una ración de zumo de fruta al día, ya que no tiene los mismos efectos fisiológicos que la fruta entera (entre otras diferencias, tiene un menor efecto saciante).
En cuanto a las verduras, no conviene tomar a menudo las variedades precocinadas o envasadas a las que se haya añadido sal en su elaboración. Es importante entender que el concepto "cinco raciones de frutas y hortalizas al día" es un "mínimo" y no un "máximo". Reduce tu consumo de sal: toma menos procesados



El exceso de sal es perjudicial. Supone, según la OMS, un factor de riesgo "clave" en la hipertensión y en la enfermedad cardíaca.
La ingesta de sal en Puerto Rico duplica el límite superior establecido.  Sin embargo, solo del 25% al 30% de esta cantidad de sal se añade en el hogar, el resto está "escondida" en multitud de alimentos que se ingieren a diario: panadería, bollería, cárnicos y derivados, salsas, quesos, comida rápida, vegetales en conserva, sopas listas para tomar, etc. El consejo es obvio: debemos disminuir nuestro consumo de alimentos procesados.
No extraña que la OMS solicite a las administraciones públicas que regulen el contenido de sal en alimentos y bebidas, tal y como acaba de indicar en su cuenta de Twitter. En cualquier caso, es mejor que la sal sea "yodada" para evitar los muy frecuentes "trastornos por déficit de yodo".

2.      Sustituye cereales refinados por integrales.
Las evidencias científicas que demuestran que sustituir los cereales refinados por integrales es cardiosaludable son abrumadoras. Tomar integrales puede disminuir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, hipertensión, cardiopatía, algunos tipos de cáncer e, incluso, morir de forma prematura. Son ejemplos de cereales integrales:
·         Arroz integral
·         Avena
·         Mijo
·         Quinoa
·         Cuscús de trigo integral
·         Mazorca de maíz o palomitas de maíz caseras
·         Trigo integral (como el del pan integral tradicional, mejor si no contiene sal)
·         Espelta
·         Cebada
·         Centeno
4. Toma más legumbres y frutos secos
Los expertos en nutrición no cesan de insistir en que se incorporen legumbres en los menús lo más a menudo posible. Los beneficios para la salud del corazón están fuera de duda.
En cuanto a los frutos secos, el 2º Congreso de la Federación de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética recogió un simposio titulado "Frutos Secos y Salud Cardiovascular", del cual surgió la llamada "Declaración de Barcelona". Esta incluye, entre otras, las siguientes dos consideraciones:
·         1. "Los frutos secos se encuentran entre los alimentos que cuentan con mayor evidencia científica en cuanto a su beneficio para la salud cardiovascular".
·         2. "El consumo regular de frutos secos no se asocia a un aumento de peso".
El título de un reciente artículo publicado en EROSKI CONSUMER habla por sí solo: 'A más frutos secos, menos mortalidad'.
5. Pescado en vez de carne, pero no más de dos raciones a la semana
Los beneficios asociados a la ingesta de pescado, según detallan expertos de Harvard, se producen porque quien come pescado no toma carne, y abusar de esta aumenta el riesgo de padecer numerosas dolencias. Quizá por eso el editorial de marzo de 2009 de la revista Archives of Internal Medicine se bautizó con el título 'Reducir el consumo de carne ejerce múltiples beneficios para la salud del mundo'. No sorprende, por tanto, que las personas vegetarianas tengan menos enfermedades cardiovasculares que las no vegetarianas, tal y como ha reflejado un reciente metaanálisis publicado en Annals of Nutrition & Metabolism.
Un sólido estudio concluyó en septiembre de 2012 que tanto las carnes rojas como las procesadas aumentan el riesgo cardiovascular, pero que estas últimas lo incrementan mucho más. Son las que se conservan gracias a la utilización de sal o de otras sustancias, como los nitritos (salchichas, bacón, jamón, chorizo, mortadela, etc.).
De cualquier modo, si aumentásemos mucho la ingesta de pescado, se producirían dos situaciones indeseables: tomaríamos muchos contaminantes medioambientales presentes en el pescado (mercurio, cadmio, dioxinas, furanos y sustancias perfluoroalquiladas) y desplazaríamos el consumo de alimentos de origen vegetal. Entidades de referencia, como la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria, recomiendan (tras poner en la balanza riesgos y beneficios) tomar dos raciones de pescado a la semana.

Al respecto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha indicado en julio de 2014 que consumir cada semana 1 o 2 raciones de pescado (y no más de 3-4 raciones semanales) es compatible con una dieta saludable.

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