El maní es
un alimento hipercalórico, rico en grasa y proteínas, que aporta importantes
cantidades de vitamina A, imprescindible para la visión y para la
salud de las mucosas, así como de ácidos grasos esenciales, algunos
de ellos capaces de regular el colesterol.
También es rico
en zinc, de ahí los beneficios del maní en el cuidado del cabello y en algunos
casos de poca fertilidad. El zinc es un elemento que puede actuar como afrodisíacoen
el sentido de que, cuando el organismo tiene un déficit de zinc, uno de los
síntomas más frecuentes es un descenso de la libido.
Pero las propiedades
medicinales del maní más interesantes se encuentran en la fina cáscara
rojiza que recubre el fruto y a la vez se sitúa bajo la cáscara. Esta zona es
muy rica en resveratrol, antioxidante que se encuentra también en la
piel y las pepitas de las uvas. El resveratrol es un potente protector
cardiovascular al que se le suma el beneficio de lograr una cierta regeneración
en tejidos dañados en órganos como el corazón, el hígado o el cerebro.
Otro de los beneficios
del cacahuete es el de ser fuente de fitoestrógenos, de
manera similar a como sucede con otra legumbre, la soja. Estos fitoestrógenos
consiguen “engañar” al organismo y son capaces a mitigar en muchos casos las molestias
y sofocos asociados al climaterio femenino.
Para finalizar,
el consumo regular de pequeñas cantidades de maní parece disminuir la
predisposición a sufrir ciertos trastornos psicoafectivos, en especial la depresión.
Pese a no ser
tóxico, existen personas alérgicas al
maní o cacahuete. La alergia a este fruto seco es tan grave que la
ingesta de una pequeñísima cantidad puede llegar a ser mortal.



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